miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cocodrilo Dundee

¡Nuevo personaje en SF50!
Así es lectores; Ojos azules gigantescos y extremadamente llamativos, expresión facial semi desencajada y una calva que asoma bajo su escandaloso atuendo: EL SOMBRERO!!



Desconocemos aún quien es este nuevo habitante del edificio...Sospechamos que se aloja en el 3er o 5º piso según fuentes difusas...
Misión: Averigüar su prodecencia, averigüar dónde vive exactamente y cómo no; conocer el porqué de su extraña indumentaria.
Hipótesis: Entrenador del perro desqiciado de la vecina del 3ºI
Hagan sus apuestas, lectores...        


JANA.

jueves, 13 de octubre de 2011

El Show del Carrefour Express

¡Saludos a todos después de las vacaciones y tras haber dejado esto un poco abandonado los últimos meses! Jana y Ana estamos de vuelta en SF50 desde hace unas semanas, y si, todo hasta ahora iba más o menos como de costumbre hasta el día de hoy...

En estos momentos estamos temiendo por nosotras y por los nuestros podría decirse. Todo culpa de una historia que tuvo lugar en el supermercado al ir a hacer la compra.

Mañana SF50 recibirá la visita de unos tunos, así que estuvimos esta tarde comprando comida y cosas de picoteo para los señores y nuestras invitadas. Todo bien, sin problemas, hasta que llegamos a la caja. Cajas para servicios a domicilio a mano izquierda. Nuestro turno iba a llegar y de esto que se acerca una mujer rubia "os importa que pasemos delante vuestro, es que tenemos prisa". Jana, convencida de que toda su compra era una bolsita que la mujer llevaba colgando del carrito de los bebes no mostró problema. El problema vino cuando la señora rubia, a voces, le grita a su madre "Mamá, que aquí nos cuelan", y ves como se aproximaba una señora mayor de pelo blanco con una cesta hasta arriba de cosas. ¿Hola? No, no, si llevan tantas cosas no las colamos que nosotras también tenemos prisa. Cuando las dije que no fue cuando comenzó todo. "¡¡El Show del Carrefour Express!!".

Creo que a Jana y a mi nunca nos maldijeron tanto tan de seguido... Entre gritos de que eramos tontas y bobas nos decían que ojalá nos pusiéramos enfermas nosotras o nuestra familia para que sufriésemos, que estábamos llenas de malas vibraciones... Bla bla bla... ¡Imagínense uds. el percal! A gritos en plenas cajas del Carrefour. Jana ignoraba a las mujeres mientras vaciaba silenciosamente el carro llevando la indignación por dentro, pero... pero yo lo siento, me daba mucho coraje, no supe mantener la boca cerrada.

La gente de por allí callaba y se hacía la tonta, sólo participaron dos señoras más en la discusión, también en nuestra contra (como no), reprochándonos la poca humildad que teníamos. No hubo ni un alma que acudiese en nuestra defensa, aunque de todas formas sabemos que nuestra cajera estaba de nuestra parte, que la mujer alguna cara si que ponía.

Y bueno... a mi me toco luego en particular otro sermón de una de ellas: "Serás muy bonita de cara, pero estás podrida por dentro y no tienes corazón".

Así que nada, hemos hecho la tarde. Temiendo encontrarlas por las esquinas (la abuela tenía pinta un poco de bruja). La táctica de los niños que lloran para dar pena y conseguir cosas ya está muy vista señoras. Brrr...

Por cierto, si, serían de agradecer donaciones de talismanes y de "loquesea" contra el mal de ojo. Básicamente por prevenir y esas cosas.

Ana.

domingo, 29 de mayo de 2011

El misterio del 11º D

Inicialmente en ese piso habitaba una familia formada por la madre T.L.B. con una edad aproximada de 50 años; la hija mayor, A.G.L. de aproximadamente 25 años, y el hijo pequeño, L.G.L. de 16 años de edad.

Siempre nos han entrado dudas acerca del paradero del padre. Especulaciones:
  • Jana: está muerto.
  • Ana: están separados.


Del inicio del curso hasta aquí parecía una familia normal, a la que nos encontrábamos esporádicamente en el ascensor. Con ropa acorde a sus edades, camisetas rollo surfer de L.G.L., uniformes del trabajo -indeterminado- de la madre (¿carnicera? ¿enfermera? ¿farmacéutica? ¿pescadera?)…

Pero de hace unos pocos días hemos notado la presencia de un individuo desconocido, llamado R. ¿Quién es el susodicho? Un chico de unos 28 años aproximadamente que últimamente ronda el 11ºD. A parte de esta nueva presencia también hemos notado en la colada variaciones. Nos encontramos ahora mismo ante una colada constituida principalmente por mantitas azules de bebé, una con dibujitos de planetas, albornoces de bebé con capucha de Micky Mouse… ¿Quién es el bebé? ¿Hay bebé en la casa? O… ¿Por qué hay ropa de bebé? Incógnitas, muchas incógnitas…

Una vez llegadas a este punto nosotras, como ya es habitual, especulamos al respecto:
  • Jana: R. es el hijo mayor de T.L.B. el cual vivía fuera de casa. R. ha tenido problemas con su pareja y ha regresado al hogar materno trayendo consigo al bebé que tenía.
  • Ana: R. es la pareja de T.L.B. (la señora, aún con sus años se conserva bien). Y sobre la ropa de bebé… ¡a saber!
También hemos barajado otras hipótesis, algo más inverosímiles, como que se está incubando un nuevo proyecto de reality show de intercambio de familias, nuestra familia del 11ºD ha dado a L.G.L. y les han entregado un bebé o a R.. O que R. es el novio de la hija y se pasa, cada vez con mayor frecuencia, por la casa de la familia de ésta. O… algo más normal como que un allegado de la familia ha tenido un bebé y T.G.L. ha decidido prestarle las cosas de cuando L.G.L. era pequeño, por lo que… antes de entregarlo habría de lavarlo.

En fin… nosotras compartimos la historia, pruebas y nuestras hipótesis, ahora está en su mano decir qué es lo que creen que ocurre en esa casa. 

Traten de desvelar el misterio del 11ºD...

Jana & Ana.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Gran acontecimiento en SF50

Hoy, un 4 de mayo soleado en Santander, es un día importante en el décimo piso de SF50...

Todo comenzó hace unas dos horas y media, en torno a las 8.30 am, cuando tres señores subieron por los andamios, como ya es habitual, hasta llegar a nuestra terraza. Dos hombres "morenitos", y... el ya conocido hombre de la dentadura peculiar. El cual se ha cortado el pelo, sigue con su "preciosa" sonrisa y... ¿y me acaba de llamar "Señora"? OMG!

Pues bueno, entre gritos, silbidos, golpes y tarareos de estrofas de canciones indeterminadas han ido desmontando el andamio que llevaba en nuestra terraza meses y meses y meses... Ese andamio que habrán utilizado veces contadas pero que nos impedía abrir la puerta en condiciones y andar con plena libertad.

Ahora, por fín, creo que se podría decir que la terraza ya vuelve a estar habitable. Barandilla, muro y techo pintados. Cristales que separan nuestra terraza de la de Concha colocados (ya no podrá volverse a asomar a nuestro hogar señora, jáa!), y... bartulos propios de la obra eliminados.

Se acercan ya los días de sol y... por fín podremos disponer de un rinconcito habilitado donde ponernos morenas con tranquilidad, sin miedo a visitas inesperadas ni a miradas indiscretas. Faltaría fregar el suelo, pero... bueno, eso se lo dejamos a Teresa el jueves cuando venga.

Bye bye obreros ;)
Ha sido un placer.

Ana.

miércoles, 6 de abril de 2011

INVASIÓN

En Perfecta formación; fila india y camuflándose avanzan los soldados.
Intentamos acabar con ellos; pero parece que la guerra nuclear no es nuestro fuerte...su increible disciplina y valor les hace resurgir de cualquier situación mortífera.
Han colonizado ya nuevo terreno; poco a poco nos van acorralando en un espacio cada vez más reducido...
Optamos por técnicas más rudimentarias como el aplastamiento directo; pero son demasiados y saben cómo esconderse de nuestra vista de pájaro.
Expanden ya su territorio por el subsuelo y poco a poco la malvada reina se va adueñando de nuestro espacio.
Intentamos guardar las escasas provisiones de su agudizado instinto e insaciable hambre de su reina.
...¡ayúdennos! ¡YA VIENEN!




JANA.

martes, 8 de marzo de 2011

Sospechas: defunción

Esta vez la entrada es para hacer un comunicado sobre una posible mala noticia, confío en que no suene demasiado macabra:


Poco a poco nuestras sospechas de que el Sr. Monóculo, vecino del 8º Derecha, ha fallecido van adquiriendo mayor solidez.

Todo se remonta al viernes día 4 de marzo. Una esquela en la puerta de SF50 y en el ascensor del mismo hizo que comenzaran nuestras sospechas. Señor con muchos hijos había fallecido. Habría sido sencillo averiguar quien era si nos hubiésemos fijado en el nombre que la encabezaba, pero no señores, fue algo que se nos pasó por alto.

Ese mismo día había mucho barullo en el domicilio del susodicho, y se escuchaban y veían a multitud de personas entre las cortinas pomposas típicas de casas de abuelos que adornaban las ventanas de la casa del Sr. Monóculo. Jana estaba convencida de que estaban de celebración. Yo... defendía la hipótesis de la muerte.

No más pruebas. Ningún comentario por la escalera. Hasta que ayer... de esta que nos robaron el ascensor y nos tiramos esperando diez minutos hasta que volviera a bajar, decidimos sacar a la luz nuestras habilidades de espía. Asomándonos como buenamente pudimos por el buzón del posible fallecido y esposa vimos la primera de las cartas que allí tenían. Una carta de una marmolería dirigida a ella, a la esposa...

Una vez en casa fue Jana la que se encargó de buscar en google el nombre de la marmolería que figuraba en el sobre. Respiró aliviada al ver que era una marmolería encargada de encimeras, baños y decoración del hogar. Baja, baja..., ahí estaba. Al final del todo. Lápidas.

Así que... sí. Las sospechas de que Mr. Monóculo ha muerto son casi más reales que otra cosa. Apenadas por la noticia solo nos queda desde aquí recordar al señor que un día nos abrió la puerta de su casa con tirantes y un monóculo, y dejar mención de que siempre le recordaremos.

Descanse En Paz Mr. Monóculo.

Ana.

martes, 22 de febrero de 2011

No Operativo. F1.

Aunque muchos ya habeis visto reflejada mi indignación vía "estado facebook", anoche, al volver de clase, ví como se hizo realidad uno de mis mayores temores desde que habito en SF50. Encontrar el ascensor NO OPERATIVO.

Un gracioso se había encargado de pulsar a todos los pisos, y claro, el ascensor no tuvo más que hacer que bloquearse. F1 ponía en la pantallita del ascensor mientras parpadeaba, pero no, no había ningúna tecla en que pusiera F1 para que se solucionara el asunto y que volviese a funcionar.

Resignada, y con cantidades ingentes de mala leche emanando de todo mi ser, no me quedo otra que dar media vuelta. Mirar todo aquel montón de escaleras como si de un desafío se tratara y lanzarme a la aventura.

Los primeros pisos bueno, podría decirse que se hicieron llevaderos (todo lo llevaderos que se pueden hacer cargando con el Libro de las Leyes Administrativas, carpeta y bolsa de la compra). Pero juro que los pisos 8, 9 y mi queridísimo 10 fueron mortales. Hasta esos puntos en que piensas "Dios, me estoy ahogando, voy a dejar de fumar" o "si hiciera más deporte sería capaz de soportar esto...".

Con el pulso y la respiración acelerados y con un dolor de piernas que no era ni medio normal llegué a nuestra humilde morada. Agotada pero viva. Al parecer no fui la única que sufrió la broma, ya que se oyó por las escaleras a un chico que le había tocado subir hasta el 11 cargando con la bolsa del gimnasio (chico que aún no sabemos quien es ciertamente).

Cuando vuelva Jana a casa ya me contará si esta mañana el problema estaba solucionado, pero de no ser así... mi más sincero pésame hacia los vecinos octogenarios, de esta nuestra comunidad, que no los veo yo con mucho espíritu para ser capaces de hacer el recorrido oportuno (al menos en un tiempo medianamente razonable).

Ana.

jueves, 17 de febrero de 2011

Dios

Jueves... genial, un día más que me quedo dormida consecuencia de haberme ido a la cama a las tantas. Me levanto con intanción de desayunar, poner el lavavajillas y después procurar estudiar algo antes de comer.

"¡Ding - Dong!" -llaman a la puerta-. Obreros, pensé.

Voy hacia la puerta, me abrocho la chaqueta para estar un poco más recatada y abro la puerta, sin ni siquiera echar un vistazo de quien está ahí fuera por la mirilla.

Ahí estaban, dos mujeres con rostros serenos y bien vestidas de unos sesenta y tantos que me recordaron peligrosamente a alguna de todas las monjas que han estado presentes en mi vida (colegios, residencia...). Creo que ya intuía de que iba esto... además tenían un panfletito en la mano. Me preguntaron si me importaba dedicarles unos minutos. Mierda... no, no fui capaz de decir que no a esas dos señores. Me sentaba hasta mal darles con la puerta en las narices, así que nada, me acomodé en la puerta y escuché.

Ronda preguntas: ¿Crees en Dios? ¿Dónde iremos al morir? ¿Alguna vez se alcanzará la paz en el mundo?¿Dónde preferirías vivir, en un mundo terrenal con todas las necesidades cubiertas o en el cielo?

Perfecto... ¡me acabo de levantar señoras! Pero bueno... saqué mi vena filosófica y echando mano de tantos años en clase de religión, catequesis varias y un toque personal salí del paso airosa. Y tanto que salí que me puse a debatir con ellas.

Y qué creían señoras, que me iba a quedar callada... sí sí, "que todas las respuestas estaban en el cuadernillo". No gracias, creo que de momento tengo las ideas claras sobre alguno de esos temas e incluso soy feliz viviendo con incógnitas, y si algún día me entra alguna duda sobre las respuestas de su cuadernito, como bien han dicho que vienen en la Biblia yo misma puedo coger una y los solvento con una interpretación propia.

Tras el debate en la puerta de casa ellas prosiguieron picando por la puerta de los demás vecinos,a ver si tenían más suerte (que al cerrar la puerta las oí decir que al menos tenían que dar dos de los folletos)... y a mi me dejaron con la cosa de hacerme preguntas existenciales... ¡Genial! Y yo que me disponía a estudiar...

Ana.

jueves, 10 de febrero de 2011

Lo que faltaba

Llevábamos unas mañanas sin incidentes en SF50; desde que montaron el andamio en la terraza, los obreros no habían vuelto a aparecer. Yo comenzaba a tener mis dudas sobre la estricta necesidad de ese andamio ya que no le daban uso alguno.
De vez en cuando aparecían cartones o listones de madera en la terraza; pero nunca vimos a los obreros. Modus Operandi de los Reyes Magos....Empiezo a creer que los Reyes no existen y que son obreros; any way, 
aprovechamos estos días para estudiar en el salón con la luz del sol alegrándonos las mañanas. Me encanta tener esa enorme cristalera.
¿Me encanta? A VECES; y vean el porqué:
Hoy es el primer día en mucho tiempo que Ana me deja sola cuidando el hogar y cómo no; ¡lío al canto!.
Me levanto temprano para estudiar (mañana termino; ¡al fin!)...Otro día de sol; ¡felicidad! corro un poco las cortinas para no cegarme con su brillo y me tumbo en el sofá con los apuntes; al tema.
Aún no habían dado las 10 y media cuando un casco asoma. (Genial, y yo con mis mejores galas pijamiles, mis pelos de loca y mi cara de falta de sueño...) Un obrerito cara castor comienza a hacer de nuestra terraza el almacén de reserva. Plasticos, maderas, guantes, un cubo de pintura, una mochila....todos esos objetos comienzan a ocupar el suelo de la terraza. Resoplo...(Ffff....) y sigo a lo mío. Al rato; Dientecillos, vuelve a asomar su cabeza e intenta con todas sus fuerzas colar en la terraza un listón de madera que debía de pesar lo mismo que él...en lugar de pasarlo por encima de la valla...¡No! a lo sencillo; a intentar meterlo entre los barrotes...(sarcasmo)
El obrero más torpe del mundo había llegado a SF50. Creí morir cuando lo ví sacarse del bolsillo unos guantes Scotch-Brite amarillos y azules y estrenarlos con la mayor de las sonrisas; ¿para qué? para no mancharse las manos al coger el bote de pintura de media tonelada que había dejado en el suelo de nuestra terraza.
Pero...¡OH DIOS MIO! ¡De pronto mis ojos impactaron contra algo terrible! ¡Un boquete del tamaño de Kentucky en su entrepierna! Y ahí asomando como si tal cosa...¡LA CHORRA DEL OBRERO!
¿Para qué llevar cillos cuando tienes semejante agujero en el pantalón? ¡Mejor dejar que se airee la cosa!
Y ese Goofy de la vida comienza a subir por el andamio que nos habían instalado en la terraza, con el bote de pintura de media tonelada; por una escalinata endeble contra la que se golpea primeramente repetidas veces en espalda y cabeza (da igual, lleva casco, ¿no?) Y allí va; cual bailarina circense sobre la cuerda floja; el cubo de pintura ABIERTO oscilando de un lado a otro y su miembro viril a punto de golpear contra el cristal, mientras el hombre ponía todo su empeño en subir el 2º peldaño.
No se si la operación salió con éxito pues ante semejante visión decidí primero correr las cortinas; pero en cuanto ví el espectáculo de sombras chinescas que me ofrecía el pirulín del obrero, no pude optar más que por retirarme hacia otra zona de la casa.
Hoy puedo decir que ante semejante atrocidad a punto de colisionar con mis ventanales...Odié la enorme cristalera.
JANA

martes, 1 de febrero de 2011

Loco en la Terraza

Esta historieta sucedió ayer:
Llegué a casa agotada después de un examen nefasto dispuesta a pasarme la tarde entera estudiando preparando otro examen que tuve hoy mismo.
Después de una comida no muy copiosa, decidí tomarme un "pequeño" descanso viendo Scrubs en el ordenador (ya que hace 2 días que no nos funciona la Tv); cuando de repente un hombre asoma por el andamio.
Obreros de nuevo.
Por una vez era un obrero joven, no llegará a los 30 años, polo a rayas rojas y negras; bien parecido el muchacho. Me ve, saluda con la mano y se pone a dar voces hacia arriba. Al principio pensé que era extranjero pues no entendía muy bien lo que gritaba...hasta que lo ví ¡Horror! ¡menudos piños! De lo peorcito que he visto en mi vida...Los dientes eran tan deformes que le hacían pronunciar mal. Oigo voces de respuesta...Intento no mirar y seguir a lo mio...
¡¡PUM!! ¡¡Menudo sobresalto!! Barras de hierro llovían como si tal cosa...El Obrero intentaba cogerlas; pero era evidente por sus resoplidos y caras de sufrimiento que se estaba reventando las manos con cada dichosa barra.

Y de pronto el muchacho, como endemoniado; se encarama en la punta del andamio y se pone a dar alaridos a la nada "¡¡Yuhuuu!! ¡¡Yihaaa!!" Me mira cada dos segundos y sigue con su espectáculo. Patético. Me recordaba a King-Kong encaramado al EmpireStateBuilding...sólo le faltaba golpearse el pecho. Pero no amigos; hizo algo mucho peor...escupir una y otra vez hacia abajo y quedarse extasiado contemplando la velocidad que alcanzaban sus lardos antes de estamparse contra el suelo. 
No contento con la atención que le estaba prestando...se pone a hablar medio solo por la terraza, a reirse y a seguir soltando glallidos; se enciende un piti y se sienta tan tranquilo a fumar mientras me lanza miradas de reojo. Yo procuro evitar el contacto visual.
¡Toc! ¡toC! ¡Toc! me pica sonriente en la puerta de la terraza. ¡No me lo puedo creer! Este tio está loco...
Me pide entrar al baño y me pregunta qe si puede seguir fumando dentro de la casa.... (Sus dientes relucían como el oro) Le guio hasta el baño mientras mi mente trabaja a toda velocidad  (¿Y si pretende robarme? o peor, ¿violarme?) Lo se; soy un claro ejemplo de valentía ante estos casos. ¡Pero es que todos los locos vienen de visita cuando Ana me deja sola!
Finalmente vuelve a la terraza. Me relajo un poco...
Pero justo cuando estoy a punto de cerrarle la puerta en las narices...."Verás, chica es que vamos a montar un andamio en tu terraza" (¡¡¿¿CÓ-MORRR??!!) Poker-face. "Si, igual no podéis salir en un tiempo...". (Dios mio, que dientes...son vomitivos...)


Al final el chico se porta y pegando 4 voces a lo alto le explica la situación a su compañero y deciden poner el andamio de tal manera que podamos abrir la puerta de la terraza sin que nos corte el paso. El coleguita baja desde el 11.
Perilla, melenas, estatura baja...30 y tantos. Menudo percal. El compañero sonríe y me saluda. (Al menos tiene los piños decentes) Se miran y se ríen. El pánico se apodera de mí. (¡¿Qué les hace tanta gracia?!)
Mientras ellos discuten tiro de teléfono y aviso a Ana, que estaba de comida con las chicas, para que venga al rescate.


De nuevo el pánico; pero esta vez uno distinto; (¡Dios mio! ¡yo debería de estar estudiando!) Pero con semejantes "invitados" en la terraza cualquiera les quita la vista de encima... (y no por guapos precisamente)
Con la máxima soltura se ponen a montar el invento que ahora invade media terraza.
Tras 20 minutos de tensión; y ruido insoportable llegan mis salvadoras. Entre risas flojas les observamos y Barby no duda en entablar conversación con ellos. Yo me hago la longui y me desentiendo del tema.


Al cabo de lo que me pareció una eternidad; parecían haber abandonado la "escena del crímen" eso si; el andamio sigue ahí. Decidí irme a estudiar de una vez pero mis esfuerzos por concentrarme fueron absurdos cuando una voz extraña bajaba casi inteligible desde el cielo y retumbaba por todo el patio de luces. Finalmente logré descifrar "¡Ay! que pe- que pe- que pena me da que seeeeeeeee...me ha mueeer-to el canario!" Era como no; el obrero loco.No logré centrarme hasta bien tarde temerosa de que algún diente golpeara contra mi ventana al salir expulsado a presión por la fuerza de su canto.


Jana.

domingo, 30 de enero de 2011

Cena de Domingo

¿Domingo por la noche... pocas ganas de cocinar? Primera balda de la cocina; si, esa balda en la que también están las recetas del interior de las tarrinas de Philadelphia, el "¿cómo preparar mojitos?" que viene en algunas botellas de bacardi y el reloj de propaganda (pero eso sí, de "designe" y muy R&R) que lleva sin pilas todo el curso. Ahí tenemos la propaganda a la que recurrir en días como hoy. ¿Comida china? ¿Comida americana? ¿Pizzerias varias?

No lo pensamos demasiado... hay algunas ocasiones en las que lo más fácil es recurrir a la web de Telepizza y hacer pedidos por internet. Además se puede pagar con tarjeta. La putada... que o los hacemos por separado o los descuentos sino no nos salen muy allá. Diferentes preferencias.

Cada una en su silla de la cocina. Portátiles sobre las piernas. Conectando... (poquito a poco que la conexión a internet estos días nos va de pena). Haciendo pedidos... Ana acaba "¡Fallo en la operación!" genial, toca llamar a la tienda para ver si se ha registrado o no el pedido. Músiquita animada mientras lo comprueban. Nada de nada, le toca volver a empezar. Jana acaba de introducir todos los datos y su pedido está empezando a prepararse. A los cinco minutos ambas tienen, por fin, en pantalla el proceso de sus pedidos.

No sería ninguna historia extraña de no ser que volvió a ocurrir lo que por segunda vez en dos semanas sucede. Los señores de Telepizza creemos que tienen pocas luces. Estando el establecimiento a escasos metros (creo que no llegará a 5 minutos andando), vienen en moto, teniendo que dar un rodeo que les lleva el doble de tiempo. Bueno, esto podría ser incluso comprensible. Pero... ¿por qué no se compaginan y viene un solo pizzero con los dos pedidos en vez de... coincidir luego en el descansillo? Si, mientras uno llamaba al timbre el otro estaba picando en el telefonillo.

Y... ¡claro! Acabamos teniendo un encuentro telepizzero en el mínimo descansillo una vez más. Esta vez hubo un encuentro entre el diminuto sudamericano que ya es habitual y nunca se quita el casco de la moto, con bigotín y ojos de lascivo (y que no sabía lo que era un aspirador) y un español nuevo, muy grande y sin pelo.

Nada, seguimos en las mismas... como ya puse una vez por facebook, me da que la fantasía "pizzero guapo viniendo a casa a entregar pizza" se va a quedar solo en eso. En una fantasía. Ya se podrá reunir aquí toda la plantilla que me da que no se salva ninguno. Una lástima queridísimos/as lectores/as. ¡Con lo bien que nos vendría una alegría en estos duros días de estudio...!

Ana.

viernes, 28 de enero de 2011

Excursiones a la terraza.

Viernes nublado en Santander. Con lluvias esporádicas. Día propio para tomárselo como “día de pijama” más aún teniendo en cuenta que estamos en periodo de exámenes.
15.50, Jana estaba disfrutando de los últimos minutos de su siesta antes de ponerse a estudiar y yo, con el atuendo oportuno del día, acababa de terminar de comer y estaba tirada en el sofá, en pijama, con el típico moño mal hecho para estar por casa y mirando alguna cosa en el pc, cuando de repente algo moviéndose fuera, en la terraza, desvió mi atención. “¡Mierda! Un hombre trepando por el andamio”. Finjo no prestar atención. Más movimiento fuera “¡Otro hombre!”. Ambos, obreros, dentro de nuestra terraza. Y… Jana puede confirmarlo, yo me pongo muy tensa en estas situaciones de “hombres por la terraza que llegan de la nada”. Mis sustos suelen ser frecuentes por su culpa.
Ahí estaban ellos, moviéndose como Pedro por su casa. Ni se me pasa por la cabeza salir a preguntar qué ocurre. Toc Toc… Sí, se cataron de que había alguien dentro, en el salón. Qué remedio me queda más que abrir la puerta y atenderles. Preguntan por un lápiz y por un papel para tomar unas medidas. Obvio que no se lo voy a negar, pero… ¡qué narices! Si no hubiera estado allí qué… se volverían a bajar (desde el décimo piso) a cogerlo ellos. Tuvieron  suerte de que estuviera allí, jáa. Les miro con más detenimiento… cincuentones poco agraciados.
Ya tomaron las medidas. Se fueron los señores. Me devolvieron mi lápiz. Ahora me toca ponerme a estudiar, en la mesa del salón, como estoy haciendo estos días. Presiento que en una de estas voy a levantar la cabeza y me los voy a encontrar de pleno. Y me asustaré. Y pegaré un brinco acompañado de un gritito. Y Jana lo escuchará, vendrá y se reirá de mí mientras mirará con curiosidad lo que hacen ahí fuera.
Y es que ya se perdieron las buenas costumbres… Antiguamente se entraba por la puerta. Ahora parece ser que está de moda entrar por la terraza.

Ana.

miércoles, 19 de enero de 2011

Obreros en la Cocina

Un jueves cualquiera...8:30 de la mañana. ¡DING!¡DONG!¡DING!¡DONG!¡DING!¡DONG!

Ana abre los ojos cansada; se había vuelto a acostar a las tantas... Se levanta sobresaltada y camina hacia la puerta. 
Jana sigue en la cama atontada... una vez más se había quedado dormida. ¡Mierda! Piensa... La p. vecina del 8º otra vez...     (historia que ya os contaremos en otra ocasión).
Ana abre la puerta con cara de pocos amigos acordándose también de la famosa vecina; pero... ¡Sorpresa! Era un hombre quien esperaba esta vez apoyado en el marco de la puerta.
Al oír voces masculinas dentro de la casa, Jana se pone su bata de madre y se levanta corriendo.

El panorama, el siguiente: ¡¡EMERGENCIA EN EL BLOQUE!! Una fuga en una tubería podía reventar e inundar todo el piso de arriba. Necesitaban entrar en casa pues el acceso a la bajante se encontraba en nuestros dominios.
En esos instantes, el destino de la comunidad estaba en nuestras manos. Decidimos dejarles pasar.

Los 2 hombres cargados de herramientas hasta los dientes se abrieron paso hasta la cocina mientras nosotras, estupefactas, despejábamos el que iba a ser su lugar de trabajo; la encimera.
Un envalentonado obrero (de nacionalidad inidentificada) decidió allí encaramarse y tras abrir la ventana y contemplar la fachada interior; con voz profunda y potente gritó "¡Toni! ¡Aquí está el asunto!" Oímos clamar a los obreros victoriosos desde la planta superior.
El segundo obrero, que se había ausentado durante los momentos previos, bajó equipado con material de alta seguridad para arreglar el problema; un arnés de color rojizo, sucio y con aspecto desgastado.
Nos miramos extrañadas. Casi estallamos del ataque de risa al ver como el "Obrerito valiente" comenzaba a ponerse el arnés que claramente no era de su talla en mitad del suelo de nuestra cocina. La cuestión es: ¿qué función desempeñaba el arnés si no estaba sujeto a nada?; pero... es más, ¿para que demonios necesitaba un arnés cuando en todo momento se encontraba bajo el techo de nuestra cocina? ¿Tenía miedo de los riesgos laborales que corría al subirse en una encimera?... Todas estas preguntas cruzaron nuestras mentes en un segundo.
De pronto, una de nuestras dudas quedó resuelta; el otro obrero ató una cuerdecita propia del salto a la comba al arnés y sujetó el otro extremo con desgana.

Aún no podíamos creer lo absurdo de todo aquello cuando nos sorprendió lo mejor, el obrero que sujetaba la cuerda llevaba un plumas Trendy, Trendy!! 
Y ahí va la descripción del modelito:
Lucía un espantoso chaleco color azul brillante relleno de algodón. ¿Que cómo sabíamos de qué estaba relleno? Pues porque a modo de complemento, llevaba un enorme trozo de cinta aislante que pretendía tapar, de manera fallida, un roto que ocupaba media espalda del obrero.

Entre risas decidimos salir de allí e irnos a desayunar al comedor, no sin antes ofrecerles algo de nuestro suculento tentempié. No aceptaron. Uno de ellos estaba demasiado ocupado arreglando el desastre y el otro estaba extasiado "sujetando" la destensada cuerdita.

Tras 20 minutos de arduos esfuerzos e incesante trabajo se despidieron prometiéndonos volver. Jamás regresaron.
Siempre nos quedará la cocina...y el recuerdo de aquél maravilloso despertar.
Fundido en negro.


JANA Y ANA.

martes, 18 de enero de 2011

Duelo musical.

Flamenco, ópera, Cadena Dial... lo siento mucho señores vecinos, mi dolor de cabeza en estos momentos es excesivo, pero aún así no pienso quedarme de brazos cruzados. Una mañana más tenemos enfrentamiento músical en el bloque, para variar.

Abriendo Spotify, seleccionando las canciones oportunas... un poquito de Rock por favor. Prefiero escuchar a toda pastilla algún tema que me guste antes que permitir que algún tenor o barítono me taladre el cerebro a estas horas.

Acomódense en sus oportunos hogares y disfruten del duelo vecinos; bueno, disfruten de él todos aquellos que aún no hayan visto afectado su sistema auditivo, que también viene siendo un rasgo presente en muchos de ellos. Es lo que tiene que la media de edad de los que aquí habitan sobrepase los 65 años...

Ana.

sábado, 15 de enero de 2011

Obreros Cantores

La fachada de nuestro edificio está cubierta por un andamio que se extiende desde el suelo hasta el piso nº11.
No contentos con colarse en incontables ocasiones en nuestra terraza; los operarios de la construcción a menudo nos deleitan con divertidas historietas.
Su gusto musical deja bastante que desear; y a menudo puedes escuchar latin music a todo trapo desde la cocina o desde el baño :) Una forma más de amenizar las duchas!!
Pero además son cantores!! Y ahí va la primera anécdota del BloG:
8y media de la mañana. Yo lavándome los dientes tras el desayuno, cuando una espantosa melodía se cuela por el respiradero y me sorprende así: Speedy Gonzálezzzzz!! Reeeeeyy de la Bananaaa!! Caballo blancooo!! Vuelve a tu casaaa!!
Casi me sale la pasta de dientes por la nariz.

JANA.